Cuando a través del conticinio se abre el largo trazo de la noche, es cuando irremediablemente despiertan los más profundos e intensos pensamientos de melancolía, motivados por el simple susurro de los recuerdos, que hacen revivir intensos momentos mágicos que le inyectan vida al menor instante del presente, desde la niñez cuando jugaba con caracoles y escuchaba sonar las llaves, despertaba el brillo de mi mirada inocente y me lanzaba al mas puro sentir que un niño le podía expresar a su padre, aun son vagos los recuerdos, pero los pocos que hay le dan sentido sublime a este amor que no cabe dentro de mi corazón, rompiendo las barreras del tiempo y de la misma existencia, donde lo espiritual supera lo físico, sé que estás ahí, escuchándome, apoyándome, amándome... incondicionalmente. Gracias... mil gracias, por que gracias a ese amor que profesastes a mi querida madre Hilda Clementina pudistes sembrar hijos e hijas que son seres humanos excepcionales... Gracias por darme la vida, enseñarme a amar, gracias por despertarme, gracias por mi amada esposa Virginia de los Ángeles y el fruto del amor Ahinsa Darana Irene, consecuencia de tu existencia en este maravilloso mundo... Gracias...
miércoles, 15 de octubre de 2008
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2 comentarios:
Tienes toda la razón...
Aunque su presencia física nos faltó desde muy temprana edad no cabe la menor duda de que espiritualmente nos ha acompañado y guiado en cada camino que decidimos transitar, solos o acompañados, se que él siempre está allí y seguirá estando por el resto de los días.
Gracias por darme tan hermosa familia, de veras gracias por existir
A mi no me queda mas que agracedecer por tan hermosas publicaciones que dejan ver y sentir su lado humano. Le aseguro que su padre desde el cielo lo esta observando, cuidando y amando tanto como las que lo quieren aqui en este plano terrenal. Excelente escrito :)
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